Un día y sus fragmentos
- Eloquium.mx
- 12 feb 2019
- 1 Min. de lectura

Por: Eduardo Sair García Barradas*
La luz del sol te dice una cosa.
El azul suave del cielo te llama desde las alturas.
El alma de viaje y muerte aun te invade en recuerdos.
Como un niño buscabas un canal de escape
en la tortura de los rescoldos de tu humanidad.
Reflejos de un manantial amarillo,
frente al sol de una mañana cotidiana,
marchando y volando por un cielo hermoso,
al final de una tarde carmesí.
La luz forma amarillos y naranjas
con la espalda de los cerros y las montañas,
y algunas estrellas se asoman
empezando a respirar.
Y el camino se extiende mientras
la vida toma forma en la oscuridad.
Y el azul, y el negro,
se apoderan de tu existencia sacrosanta,
en medio del fin de una nueva eternidad.
*El autor proviene del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
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